El cuerpo en la clínica con niños y el planteo de Ginette Raimbault (María)

“Los niños han de tener mucha tolerancia con los adultos.”
(Antoine de Saint Exupery)
Para comenzar este ensayo, diré que el niño responde con el cuerpo a la demanda parental. Un niño que no tramita determinadas cuestiones, que no tiene posibilidad de elaborar pérdidas, separaciones, duelos, etc. es un niño que responderá con el cuerpo, el problema es que si un niño responde siempre con el cuerpo puede generarse una enfermedad crónica.
Como terapeutas tenemos que abrir la posibilidad de armar una historia, en el caso con niños será a través del juego (porque no es como en el adulto que puede hacer asociaciones libres), a través del juego abrimos la posibilidad de que el niño arme una ficción y a través de verbalizaciones, podemos empezar a ver algo de lo no tramitado que se está jugando allí.
Raimbault, es una psicoanalista francesa que hizo trabajos de investigación en hospitales con niños enfermos y gravemente enfermos. Pudo dar cuenta de cómo generalmente los niños son inscriptos en tratamientos médicos, curaciones, sin que ellos puedan opinar, no se los tiene en cuenta como sujetos, sino que son puestos en lugar de objetos. Tanto el niño que no quiere tomar los remedios, como aquel que los toma sin chistar, nos están diciendo algo. Nos están hablando de su subjetividad.
Sabemos que el campo de la medicina ve al sujeto como cuerpo biológico, orgánico, y que tienen en cuenta el conjunto se signos y síntomas que en las generales determinan determinadas enfermedades, los médicos no están implicados en el tratamiento y no tienen en cuenta el discurso del niño.
En cambio desde el campo psi vemos al cuerpo como cuerpo significante, rescatamos el discurso del paciente, prestamos nuestra escucha analítica, “oreja analítica” va a decir Raimbault, y estamos implicados en el tratamiento, a través de la transferencia.
Patologías tales como el asma nos hablan de un alérgeno que, ubicado fuera pone también el mal afuera de la familia, sin comprometer a la familia, caso contrario las nefropatías, o enfermedades genéticas que hacen sentir “culpa” a los miembros de la familia.
“Lo que vemos- dirá Raimbault- es como la enfermedad del niño revela una dramática familiar que no puede quedar fuera del tratamiento.” No es que esta dramática provoque la enfermedad, sino que la revela. Por lo cual, responder sólo a nivel del síntoma, equivale a no responder en la totalidad.
Los pediatras reaccionan de diferentes maneras: por ejemplo, tenemos los que están totalmente desimplicados, aquellos que no tienen en cuenta para anda el discurso del niño y de su familia; aquellos pediatras que se involucran tanto que lo que consiguen es una negación del real sufrimiento del cuerpo; y por último aquellos pediatras que tienen en cuenta la subjetividad del niño y su familia y dan importancia al discurso de ellos.
Lo que dice Raimbault es que lo importante, para poder hacer un tratamiento integral es tener en cuenta siempre los cuatro polos: paciente-familia-medico-enfermedad, y que en todos los casos debe rescatarse la subjetividad del niño, devolverle un sujeto a ese cuerpo que ha sido tan maltratado.
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Bibliografía:
Raimbault, Ginette: “El sostén psicológico del niño crónicamente enfermo y su familia: aspectos éticos”, Cuadernos del Niño N°4, Editorial: Polemos.
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