Sobre la adaptación pasiva de la realidad de los objetivos (María)

Los objetivos cuando no se alcazan te periguen. Te corren por toda la casa interrogándote qué hiciste por ellos, en qué estás pensando ahora que nada se te ocurre para cumplirlos, porque te parece que ya lo intentaste todo.
Los objetivos fueron una vez sueños que como tales soñamos con tanta alegría, con tanto entusiasmo, pero, fue pasando el tiempo, y se tornaron (los tornamos) grises, los fuimos opacando con la desesperanza. Ay, objetivos...! Recuerdo cuando nacieron, cuando los creé de mi más profunda oscuridad, allá en mi caos ustedes se volvieron luz y cosmos para mi ser que se identificó con ustedes, o ustedes conmigo.
El maestro Pichón decía que había que planificar la esperanza, sí, con cuánto entusiasmo la planificamos vos y yo. Sin embargo, a la esperanza, que es una "esperanza grande" la ataca, la corroe, la desilusión cuando siempre falta, cuando nunca llegamos a ver cumplidos esos objetivos que nos propusimos, que tanto tienen que ver con nuestro ser. Y duele, y no se soporta el dolor.
Me entristezco sin remedio porque los objetivos tienen que ver con los roles, con llegar a desplegarse en la plenitud en lo que uno desea y siente que está llamado a ser. Y uno se siente como un rollo todavía enrollado, que permanece a la espera de desenrollarse para mostrarse y mostrarle a todos lo que uno es: este soy yo, esta es mi creación, esta es mi construción!
Hasta que no pase eso no me siento valorado porque por sobre todo, no puedo demostrarme mi valor, y yo sé que puedo...pero ¿Cómo?
Me pregunto si revisar mis objetivos no es un poco renunciar a ellos. ¿Por qué tengo que examinarlos? Si es lo que yo deseo, lo que yo me propuse allá lejos (qué lejos!) y hace tiempo. Sí...me encapricho con mis objetivos, lo reconozco!
Siento una especie de resignación abalada por "la teoría del mejor de los mundos posibles de Leibniz", pienso que para no sentirme mal con estos objetivos míos no cumplidos, en lugar de problematizar mi situación, lo menos angustiante es creer que ellos están en el plano lógico, que son potencia (qué suerte no se perdieron, en algún lugar están!) pero que lo mejor que puede pasar, vaya a saber por que misterioso designio (y qué bueno porque ya no es mi responsabilidad!) es que no pasen al plano fáctico existencial, y es por eso que no se han cumplido ni se cumplen (qué bien cierra todo! eso debe ser! por favor...que sea eso!)
Pero, se cumplirán? Habrá que planificar una esperanza que tenga que ver con la expectativa de que en algún futuro se realice por fin la mejor combinatoria posible y entonces yo pueda cumplir mis objetivos?
La verdad que no lo sé, pero al menos lo espero y mientras, dejo las cosas como están. O bueno, hago un poco más de lo mismo que ya sé que no da resultado, pero algo hago! Nadie me va a venir a decir que no hago nada!

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