Psico-perspectivas teatrales: "El petiso orejudo" (María Guidobono)

"Psico-perspectivas teatrales" es mi espacio dentro de "Counselor" en el Diario Digital Foro de Baires,  perteneciente a La Nave Producciones, de Ana Leguísamo Rameau.





En esta oportunidad la obra de teatro que fui a ver y que les recomiendo es: "El petiso orejudo"



“El petiso orejudo” nos presenta la historia de Cayetano Santos Godino (famoso asesino serial de niños en Argentina) desde diferentes puntos de vista.


   La obra de Julio Ordano propone desde la entrada misma al teatro, una mística especial: se reparte un “Extra!” un comunicado policial que hace poner en contexto al público y crea un clima propicio para relacionarse con los diferentes personajes.

   La plasticidad artística de Marcelita Chiesa, interpretando el dolor de varias madres ante la tragedia de los hijos asesinados, conmueve en profundidad a la vez que relata el episodio particular de cada hecho policial.

   Porque cada niño asesinado no era un número más, sino un sujeto con una vida singular, única, y la creatividad del director de “El petiso orejudo” hace de un dolor, muchos, y de muchos, uno, sin perder lo característico de cada caso.

   Es en ese sentido que la obra nos muestra muchas alternativas para pensar un hecho: el asesino serial es un fenómeno a investigar, y los avances científicos de la época (que ahora pueden parecernos retrógrados) nos invitan a reflexionar sobre la perversidad, no sólo a través de la interpretación excelente de Pablo Juan, como Cayetano Santos Godino, sino del papel del Estado, sus funcionarios, sus legos. Se destaca las múltiples actuaciones de Facundo Blanc, que recortan actos diversos que conforman el contexto y es allí donde el público encontrará (o al menos tratará) de hallar sentidos.

   La escenografía y la musicalización nos trasportan a Ushuaia y a la cárcel donde “El petiso orejudo” pasa sus eternos días. Los personajes y sus cambios, delatan el paso del tiempo pero también algo de lo que es siempre igual y no cambia.
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   El discurso del que el actor Pablo Juan, se vale, (además del estilo y forma especial) para darnos a conocer a Cayetano Santos Godino, nos acerca íntimamente a esa misteriosa persona que fue capaz de hacer lo que hizo, teniendo 15 años; alguien perverso que gozaba sintiendo el poder de poner a los niños en el lugar de objetos, que tenía la certeza delirante, que ellos le pedían  (como aquellos animalitos que él asesinaba de niño) que acabara con sus sufrimientos, que los matara, casi como si Cayetano fuese un salvador de estos niños asesinados.

  Pero, la perversidad que nos muestra “El petiso orejudo” en toda su manifestación actoral, nos vincula con la perversidad de un sistema carcelario, médico, jurídico, familiar y social de la época, que hace de una persona enferma, un fenómeno a investigar, mutilar y condenar como un objeto, también.

   Es una obra para comprender lo histórico del hecho, y más allá de las diferentes posiciones morales y éticas que puedan surgir de tan conmocionante hecho; uno puede, mientras dura la representación, suspender su juicio y elevarse a contemplar la original versión que nos presenta Ordano. 


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Teatro IFT Boulogne Sur Mer 549  Capital Federal
Localidades: $50 

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