20 de noviembre de 2011

Psico-perspectivas teatrales: "Hamlet x Hamlet" (María Guidobono)

Psico-perspectivas teatrales, está dentro de mi espacio "Counselor" en el Diario Digital "Foro de Baires" perteneciente a "La nave producciones" de Ana Leguísamo Rameau. www.forodebaires.com.ar/


Obras de teatro que voy a ver, y luego escribo desde mi punto de vista como counselor y psicóloga social. 



"Hamlet x Hamlet"
Por María de las Mercedes Guidobono 



“Hamlet x Hamlet” de Marcelo Savignone se lleva todos los aplausos, por la maravillosa puesta física e intelectual en escena.
Un intenso y arduo entrenamiento corporal, vocal, y de máscaras para representar a Hamlet,  pero  no cualquier Hamlet, un Hamlet representado por el propio Hamlet, tal la penetración del actor con el personaje. Y es esa penetración la que el público vivencia a medida que pasan los minutos.
Es interesante lo que nos propone Savignone con su concepción, dirección e interpretación: si Hamlet es para Lacán el paradigma del sujeto neurótico, en esta obra teatral Hamlet multiplica su neurosis llevando al extremo su obsesión por lograr los diferentes personajes, queriendo lograr la perfección y alcanzar el ideal que nunca llega, por eso es que el apasionamiento actoral va creciendo junto con su mimetización por ser el personaje.
Lacán dirá de Hamlet que, una vez evaluada la situación sobre lo ocurrido con su padre, sufre porque se detiene demasiado en el tiempo para comprender, y esto lo lleva a la postergación infinita de pasar a la concreción, de pasar a un acto donde se juegue con su ser.
Este “ser o no ser” que nos propone Savignone, es un redoblar esa apuesta neurótica, con la originalidad de que los personajes principales y no sólo Hamlet, al pasar a ser representados por el actor parecen atravesar  el mismo sufrimiento, y  no es que ellos también posterguen su pasar al acto, es que al ser representados por Hamlet algo de su neurosis los atraviesa.
Muchas veces se ha representado a Hamlet, pero esta obra tiene la originalidad de que el actor junto con el público, participan de este tiempo de creación del personaje, donde se despiertan las mayores ansiedades, y de ese tiempo de comprensión que tanto hace sufrir a Hamlet y al público que termina enmarañado en los nudos borromeos de la neurosis, que hace de lo simple, difícil.
Para pasar al acto verdadero al neurótico le hace falta tener la garantía de que lo que va a hacer es lo correcto. Hamlet necesita tener esa garantía y piensa una y mil veces todas las posibilidades que hay. 
Lacán decía que toda la obra de Hamlet era un acting out: una mostración de Hamlet donde el Otro está incluido en el circuito. En “Hamlet x Hamlet” el lugar del Otro, lo ocupa el espectador, que aporta su mirada en cada acto, que sostiene el fantasma, por así decirlo del personaje.
Marcelo Savignone nos muestra la excelencia de la profesión del actor, involucrando cuerpo, intelecto, él sólo en el escenario nos convoca a participar de la confección de la criatura, del caos que se manifiesta en el engendramiento del personaje, en las marañas neuróticas llenas de posibilidades para representar a Hamlet.
“Soy Hamlet de Dinamarca” esta afirmación que Lacán toma como un punto central de recuperación del fantasma y la identidad en el  “Hamlet” de Shakespeare, también parece indicar al público que el actor ha llegado por fin al cúlmine, al acto verdadero e identitario de “Hamlet x Hamlet” de Savignone.           
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Teatro "Belisario"
Avda. Corrientes 1624
Funciones: viernes y sábados a las 21hs. 
Localidades: $45  

6 de noviembre de 2011

Psico-perspectivas teatrales: "Desmesura"" (María Guidobono)

Psico-perspectivas teatrales está dentro de mi espacio  "Counselor" en el Diario Digital Foro de Baires de "La Nave producciones" perteneciente a Ana Leguísamo Rameau. 


"Desmesura"



Psico-perspectivas teatrales
“Desmesura”
Por María de las Mercedes Guidobono

   “Desmesura” es una obra con estilo diferente,  que hace reflexionar sobre el mundo gay, en las vertientes femenina y masculina. Pero no desde situaciones superficiales o burdas, sino desde el amor y el compromiso afectivo que puede existir en una pareja.

   Darío Cortés, logra transmitir al público, con esta obra, el maravilloso caos que vivencia un escritor (Manuel) frente a esa hoja en blanco que tanto angustia a los escritores,  y cómo surge la inspiración en él: mezcla de originalidad y vivencias de su propia vida en pareja.

   A lo largo de toda la obra, ya sean Manuel y Pablo o Marisa, Mía y Luz, transitan sus relaciones de pareja, con la pregunta neurótica por excelencia: “¿Qué quiere el otro de mí?” Esta pregunta que demanda amor, y al mismo tiempo, intenta taponar las diferencias en un vínculo amoroso, intentando hacer de “dos, uno”; llega hasta la desmesura, realmente, cual forcejeo de lo que quiere uno y de lo que quiere el otro. No pudiendo acordar en términos de unidad indiferenciada lo que quieren todos.

   Es interesante el pasaje de figura a fondo que propone la obra, en un ida y vuelta hacia la otra dimensión, esa que convive permanentemente en un creador: sus criaturas artísticas forman parte de la mente de Manuel (excelentemente interpretado por Darío Cortés) a la vez que de su propia vida; y esas creaciones, caóticas al comienzo, van ordenando también la propia desorganización del autor.

   ¿Qué se esconde tras la bohemia de un pintor? Esta interpretación fascinante, por parte de Pablo (Francesco Zanconi) en su rol de partenaire, invoca, provoca si se quiere, en Manuel esta suerte de “bajada a tierra”, pero con la magia de animarse a vivir la fantasía creativa de su pareja, pudiendo compartir con él la vivencia de sus personajes.
 
  “Personajes” con vida propia, que se plantean sus existencias en un triángulo irresuelto. Marisa (Viviana Suraniti) se lleva muchos aplausos con su interpretación comediante y dramática a la vez; Mía (Checha Amorosi) y Luz (Alejandra Feudal) actúan brillantemente su situación vivaz y amorosa. Relaciones espejadas y fantaseadas de la vida de pareja de Manuel y Pablo. Se encuentran elementos diversos de la realidad y la ficción, que comprometen a ambas partes.

   La cotidianidad de una pareja de artistas, que hasta nos muestran a Renato! (su perro querido) quien también brilla en el escenario y hace de nexo entre pasaje de personajes a personas, con la paradoja que todos son personajes.

 “Desmesura”  tiene un mensaje para contar, y Darío Cortés, propone una forma muy creativa para transmitirnos ese mensaje. Por eso, “Desmesura” es para quienes quieren  involucrarse no sólo con la realidad material de una persona, sino también, con la realidad psíquica de un artista en cada acto de su obra.

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Teatro: "El piccolino" Fitz Roy 2056
Viernes 22hs