29 de octubre de 2011

Psico-perspectivas teatrales: "Rescate emotivo (no pasa res)" (María Guidobono)

"Psico-perspectivas teatrales" está dentro de mi espacio "Counselor" en el Diario Digital: Foro de Baires (La Nave Producciones) de Ana Leguísamo Rameau.


En esta oportunidad la obra que fui a ver y les recomiendo es "Rescate emotivo (no pasa res)"


Psico-perspectivas teatrales
"Rescate emotivo"
Por María de las Mercedes Guidobono


   “Rescate emotivo” es una obra para los que tienen ganas de divertirse, sin dejar de reflexionar sobre la seriedad de los temas que propone Velázquez.

   El payaso, figura de antaño, siempre ligado al mundo infantil, esta vez dirigido a un público adulto:  es un payaso particular: Calostro, que mezcla inocencia y sabiduría, nos introduce de a poco en un show que nos hace reír, a la vez que nos hace pensar sobre la situación actual no sólo del país, sino del mundo.

   Crítica política, ecónomica, social… la risa como un recurso que permite que soportemos esa realidad que nos angustia.

   Freud situaba al chiste como una formación de compromiso, casi como un acto fallido, desde el punto de vista de la conciencia, pero acto “logrado” desde el punto de vista de la inconciencia. Esa verdad individual y social, que puja por salir de algún modo, de alguna forma.

   El chiste, para que cause su efecto, por supuesto, ha de tener un grado de verdad y también un sin sentido, un sentido no esperado que nos sorprende, como sorprende la interpretación de Velázquez haciéndonos reír y divertir sobre cosas cotidianas que pueden suceder a los ancianos, pero no desde la burla, ni la falta de respeto, sino desde la crítica audaz de quien está pasando esa situación.
   
   Recursos como el humor, la música, la canción, y también invitados especiales que se presentan en el escenario, proponen en “Rescate emotivo” una especie de colchón fantaseado, para que el público pueda “caer” de manera amortiguada provocado por el “golpe” de la realidad social en la que se vive.

  En escena, todo el tiempo la fantasía, que permite al sujeto recibir con filtros un real imposible de tocar, de acceder, de comprender, de abordar. Un ida y vuelta, realidad y ficción, entre el personaje y el público. 

   Velázquez, con su excelente actuación, le pone el cuerpo todo el tiempo a esas preguntas existenciales que el ser humano se hace y paradójicamente, no se hace: ¿Por qué la muerte? ¿Por qué las guerras? ¿Por qué el joven no quiere saber sobre la vejez? ¿Por qué vivimos como si nunca fuésemos a ser viejos?

“Rescate emotivo”, además de hacer divertir y  reflexionar, por si fuera poco también deja una enseñanza en el público: es la que propone todo el tiempo Velázquez a través de ese payaso anciano, Calostro. Y por supuesto, como toda enseñanza, será aprendida o no, por cada sujeto según su historia personal. Claro que, eso, ya será tarea individual: apropiarse o no de esa maravillosa sabiduría que este anciano nos regala.  

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Teatro del Pasillo : Colombres 35 Capital Federal
Viernes 21hs.
Localidades: $30 (jubilados y estudiantes de teatro $15)
Próximas funciones: 18 y 25 de noviembre; 2, 9 y 16 de diciembre
Reservas: 4981-5167

23 de octubre de 2011

Psico-perspectivas teatrales: "22.50" (María Guidobono)

"Psico-perspectivas teatrales" es mi espacio dentro de "Counselor" del Diario Digital: "Foro de Baires" (La Nave   Producciones) de Ana Leguísamo Rameau.

En esta oportunidad, la obra que fui a ver y les recomiendo es de suspenso, terror....no apta para gente impresionable...pero sí apta para gente con coraje!!!



 Psico-perspectivas teatrales
“22.50”
Por María de las Mercedes Guidobono
 “22.50” es una obra de Marisa Salas, que nos hace vivir y convivir mientras dura la representación en un clima misterioso que hace de los espectadores parte de la situación.
“Ser parte de la situación”, implica una convocatoria muy original, pues  en la introducción de la dimensión temporal, el público como partícipe necesario se pregunta y se conmueve con cada escena.
 María Pastur, Daniela Echarte y Mayra Aguerreberry, actúan lo real lacaniano: esa imposibilidad de significar a la muerte, significante tan requerido y tan postergado en los neuróticos, que hace de atracción permanente en la obra, porque como en la vida misma, siempre nos preguntamos sobre el significante muerte, que no tenemos, que de alguna forma queremos atrapar y se nos escapa, como se nos escapan efectivamente los minutos que en la actuación hacen de figura en ese fondo siniestro.
Participar del tiempo en “22.50” crea en el público esa realidad que siempre tiene éxito porque el cuerpo de los actores y el cuerpo de aquellos que lo ven, quedan unificados en un transcurrir conjunto: no se sabe lo que va acontecer, por lo tanto la intriga siembra dudas en un horror neurótico que no quiere enterarse de lo que ya se sabe.  
El género de terror no es un género fácil de actuar y ser creíble para aquellos que lo ven,  pero Marisa Salas, logra con varios recursos escénicos, musicales, visuales, y fundamentalmente la dimensión temporal incluyente, que da nombre a la obra; que se represente de manera creativa , atrapando algo de lo real.
“22.50” es una obra que cuenta lo perverso de una forma particular, lo bordea, como la pulsión bordea al “objeto a” –diría Lacán. Ya que hay un resto que nunca el lenguaje logra atrapar, pero sí, excelentemente las actrices bordean y transmiten siniestramente lo que  el público  necesita saber: no más ni menos, la información exacta para que las piezas sueltas puedan ordenarse una vez que la obra termina y el espectador se pone a pensar.
El terror representado en una historia de perversión, quizás sea uno de los terrores más espantosos, porque encierra tabúes, situaciones incestuosas, el horror de lo que no puede ser contado ni dicho, pero que paradójicamente, Marisa Salas se atreve a contar y decir, en esta obra.
Misterio, terror y horror, que nos ofrecen Pastur, Echarte y Aguerreberry con sus excelentes actuaciones, muy interesante para ir a ver en teatro.
Recomendable para  aquellas personas que se animan a más, que les gusta pasar del umbral de lo no conocido y temido, y mirar cada tanto el reloj, sin temor a que marque: “22.50”. 
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"22.50" de Marisa Salas
Actúan: María Pastur, Daniela Echarte y Mayra Aguerreberry
Teatro "Templum" Ayacucho 318 
Viernes 22hs (hay que ser puntual)

15 de octubre de 2011

Psico-perspectivas teatrales: "El petiso orejudo" (María Guidobono)

"Psico-perspectivas teatrales" es mi espacio dentro de "Counselor" en el Diario Digital Foro de Baires,  perteneciente a La Nave Producciones, de Ana Leguísamo Rameau.





En esta oportunidad la obra de teatro que fui a ver y que les recomiendo es: "El petiso orejudo"



“El petiso orejudo” nos presenta la historia de Cayetano Santos Godino (famoso asesino serial de niños en Argentina) desde diferentes puntos de vista.


   La obra de Julio Ordano propone desde la entrada misma al teatro, una mística especial: se reparte un “Extra!” un comunicado policial que hace poner en contexto al público y crea un clima propicio para relacionarse con los diferentes personajes.

   La plasticidad artística de Marcelita Chiesa, interpretando el dolor de varias madres ante la tragedia de los hijos asesinados, conmueve en profundidad a la vez que relata el episodio particular de cada hecho policial.

   Porque cada niño asesinado no era un número más, sino un sujeto con una vida singular, única, y la creatividad del director de “El petiso orejudo” hace de un dolor, muchos, y de muchos, uno, sin perder lo característico de cada caso.

   Es en ese sentido que la obra nos muestra muchas alternativas para pensar un hecho: el asesino serial es un fenómeno a investigar, y los avances científicos de la época (que ahora pueden parecernos retrógrados) nos invitan a reflexionar sobre la perversidad, no sólo a través de la interpretación excelente de Pablo Juan, como Cayetano Santos Godino, sino del papel del Estado, sus funcionarios, sus legos. Se destaca las múltiples actuaciones de Facundo Blanc, que recortan actos diversos que conforman el contexto y es allí donde el público encontrará (o al menos tratará) de hallar sentidos.

   La escenografía y la musicalización nos trasportan a Ushuaia y a la cárcel donde “El petiso orejudo” pasa sus eternos días. Los personajes y sus cambios, delatan el paso del tiempo pero también algo de lo que es siempre igual y no cambia.
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   El discurso del que el actor Pablo Juan, se vale, (además del estilo y forma especial) para darnos a conocer a Cayetano Santos Godino, nos acerca íntimamente a esa misteriosa persona que fue capaz de hacer lo que hizo, teniendo 15 años; alguien perverso que gozaba sintiendo el poder de poner a los niños en el lugar de objetos, que tenía la certeza delirante, que ellos le pedían  (como aquellos animalitos que él asesinaba de niño) que acabara con sus sufrimientos, que los matara, casi como si Cayetano fuese un salvador de estos niños asesinados.

  Pero, la perversidad que nos muestra “El petiso orejudo” en toda su manifestación actoral, nos vincula con la perversidad de un sistema carcelario, médico, jurídico, familiar y social de la época, que hace de una persona enferma, un fenómeno a investigar, mutilar y condenar como un objeto, también.

   Es una obra para comprender lo histórico del hecho, y más allá de las diferentes posiciones morales y éticas que puedan surgir de tan conmocionante hecho; uno puede, mientras dura la representación, suspender su juicio y elevarse a contemplar la original versión que nos presenta Ordano. 


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Teatro IFT Boulogne Sur Mer 549  Capital Federal
Localidades: $50 

8 de octubre de 2011

Psico-perspectivas teatrales: Antígona Furiosa" (María Guidobono)

“Psico-perspectivas teatrales” está dentro de mi espacio "Counselor" en el Diario Digital "Foro de Baires", perteneciente a Ana Leguisamo Rameau www.forodebaires.com.ar/



"Antígona furiosa"
María de las Mercedes Guidobono

   “Antígona furiosa”, de Griselda Gambaro, nos muestra desde otra perspectiva la tragedia de Sófocles. Una visión moderna, irónica y trágica de una mujer que está condenada al destino.

   Antígona que se repite en tres mujeres: Mónica Driollet, Uki Cappellari y Sofía Tizón, ecos de la tristeza y de la tragedia. Esta multiplicación brillante que en cada actriz nos revela sus pensamientos acerca de todo lo que va sucediéndole a la protagonista, que se defiende de las burlas, y a la vez que razona, invita a reflexionar a los otros personajes sobre su situación.

   En escena cinco actores que con ímpetu nos muestran la condena, el absurdo, la insensatez, el amor y las consecuencias de un acto, el de Antígona: haber decidido, en contra de su tío y rey de Tebas, Creonte, enterrar a su hermano Polinices.

   Si Edipo transgrede la ley “natural” (del incesto y parricidio) sin saberlo; su hija, sabiendo,  transgrede la ley “impuesta” por el rey, que decía que un traidor a la patria (Polinices había armado un ejército en una tierra rival para destronar a su propio hermano Eteocles) no podía ser enterrado.

   Antígona comete un acto verdadero, dándole sepultura a su hermano, acto verdadero que para Lacán tiene que ver con ir más allá de la ley, de la ética, y que marca un antes y después en su vida, porque debido a este acto, la muchacha es condenada por Creonte a ser enterrada viva.

   A lo largo de la obra pensamos qué ética es la que importa más a Antígona: ¿la del deber a  la Patria? ¿La del deber de enterrar a su hermano? Recordemos que para los griegos no enterrar a sus muertos era terrible, pues suponía (además de que el cadáver estuviese expuesto a ser devorado de a poco por los anímales) que el alma vagara por siempre. Nos habla de la imposibilidad de hacer un duelo por parte de los familiares.

   Es en este sentido, que la originalidad de “Antígona furiosa” es, entre otras cosas, y a través de las voces en off de Estela de Carlotto (Presidenta de la Asociación de las Abuelas de Plaza de Mayo), Andrea Romero Rendón (Fundación María de los Ángeles, por la lucha contra la trata de personas) e Isabel Vázquez (Presidenta Asociación Madres contra el paco y por la vida); plantearnos la angustia y la injusticia, de no poder ejercer el derecho de enterrar a los propios muertos, con el valor, que el rito funerario tiene para poder hacer el duelo necesario.   

   Los personajes masculinos de la obra, interpretados por Gabriel Nicola y Antonio Bax, yendo y viniendo al pasado y presente, nos hacen reflexionar de forma novedosa y precisa todo lo que va aconteciendo en “Antígona furiosa”.

   Antígona, fruto incestuoso de Edipo y Yocasta; mujer que ha sido lazarillo de su padre ciego; que ha decidido enterrar a su hermano Polinices, enfrentando a su tío Rey de Tebas, Creonte, es condenada a ser enterrada viva, y quedarse sin la posibilidad de amar a Emón, y de ser madre, como lo había soñado.

   Mandatos que aún hoy siguen presentes en la sociedad, ser esposa y madre, era su sueño también, era lo que “tenía que ser”, siendo mujer.

   “Antígona furiosa” es una obra de teatro que nos da la posibilidad de continuar el debate sobre las leyes, justas e injustas, sobre la posibilidad de ejercer o no, el derecho al rito funerario y duelo, y sobre cumplir los mandatos.
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"Antígona furiosa"   

Teatro del Borde:  Chile 630  San Telmo
Viernes 21:30hs  Localidades: $50