Planificación Estratégica y Situacional

Trabajo realizado para la Cátedra de Gestión (Lic. en Dirección de Organizaciones) de la Universidad Nacional de San Martín

María de las Mercedes Guidobono
 
El concepto de Heidegger  “Ser y hacer en una situación”,  a la cual refiere el gran estratega y planificador chileno Carlos Matus (1931-1998), me parece la clave para empezar a desarrollar este trabajo. Porque partimos de la pregunta: ¿qué puede ser la planificación estratégica sin la idea de tiempo? De ese ser- en- el -tiempo, en una situación X dada que requiere de una construcción interna, desde dentro, hablada, dialogada por el actor que la vive con otros: ser-con-otros.

Entonces, tomemos VERSTEHEN que significa: “comprender desde adentro por medio de la intuición y la empatía como opuesto al conocimiento desde afuera por medio de la observación y el cálculo”

¿Cómo podría uno planificar, sin decidir? ¿Cómo uno podría decidir sin libertad? Matus dice que quien no planifica se deja arrastrar por los hechos, yo diría: se cosifica, se vuelve y vuelve a las demás personas  objetos, que se dejan corroer por los hechos sin ningún tipo de reacción.  Que el hombre pueda planificar su futuro , que pueda proyectar…se, tiene que ver con que pueda mirarse desde adentro hacia afuera, desde su cuadro de situación y volverse y volver a los otros, sujeto/s, que pueden dialogar, consensuar, y decidir, según su situación, y mediante un completo monitoreo, evaluación y capacidad de corrección, que tenga en cuenta que todo plan (como dice Matus) “puede fallar”.

Matus en  una de sus disertaciones, nos habla de “4 techos” a tener en cuenta al momento de planificar,  ellos son:

1)      Que el gobernante elija los problemas y no que los problemas lo elijan a él. En este sentido, observo la relación con la libertad, ya que, si uno no planifica de forma estratégica, se deja llevar por los aconteceres como un objeto pasivo. En cambio si el gobernante tiene la capacidad de elegir, con libertad, las prioridades, ese va a ser su compromiso político (no el centro de todo)

2)      Ningún gobierno puede ser mejor que la calidad de la explicación de los problemas. El gobernante tiene que saber explicarlos, porque sino, qué buen proyecto puede surgir de eso? Cuando en el texto: “Juegos de poder” de Uranga, se plantea que Matus piensa que: “la realidad como una construcción dialógica, vemos que una explicación no puede ser independiente de quién la explica,  desde qué posición la explica, y frente a quiénes la explica”. Una buena calidad de la explicación de los problemas,  no puede dejar de lado esto.

3)      La calidad del plan no puede ser superior a la calidad de la explicación de los problemas. Esto quiere decir que el gobernante, por ejemplo puede explayarse (como los vemos habitualmente, sobre todo en las campañas políticas) sobre un gran plan, y un fabuloso plan, pero si no sabe explicar los problemas que llevaron a tener que implementar ese plan, de qué sirve? (Recuerdo a un político cuya campaña se basó en el lema: “Yo tengo un plan”, pero la verdad es que nunca nos contó cuál, y mucho menos nos dio la explicación  de los problemas  que él eligió como problemas. Sin embargo en esa oportunidad, este político ganó,  por muchas razones que no soy capaz de enumerar, pero creo que en la gente quizás se dé esto de necesitar que alguien tenga “un plan”, digamos: suena bien. (Pero, nosotros -profesionales en el área de las organizaciones- ya sabemos que con un plan no alcanza, aunque parezca muy bueno)

4)      La gestión.   La calidad de la decisión estratégica, lo que cuenta es lo que el gobernante hace. (En ese sentido podemos pensar, siguiendo el ejemplo anterior porqué ese político perdió poder, porque “su plan” –en términos de Matus- superó a su decisión polìtica. Digamos que todo lo demás puede ser excelente: elección de los problemas, explicación de los problemas, plan, pero si al momento de la gestión, todo esto se diluye, y el gobernante realizó en lo concreto, mucho menos de lo que anunció, entonces hablamos de una pésima gestión.

Por lo visto, la libertad no la puede dar una planificación normativa, con explicaciones tradicionales, puesto que son otros los que deciden, pero desde fuera de la situación, observando elementos destacables, sin comprometerse desde dentro con ellos, y sólo arribando a un diagnóstico, con el fin de aplicar un plan a la fuerza, funcione o no, sin control, monitoreo, evaluación constante, ni mucho menos capacidad de corrección sobre la marcha.

La gestión estratégica –tal como lo dice Matus- tiene que ver con que haya algún tipo de gerencia por objetivo, que pueda vincularse con el plan; que pueda haber monitoreo, control, evaluación constante de la gestión (es un sistema abierto, en oposición al otro tipo de gestión cerrada) y como dijimos anteriormente, dar lugar al error, tiene que ver con la capacidad de corrección. Y en ese sentido es donde volvemos al punto inicial de este trabajo: la relación con el tiempo, porque una planificación estratégica y situacional, debe contar con información eficaz, esto quiere decir una información al instante, que dé margen, libertad de acción en otro rumbo, si fuese necesario( sino la información, pierde valor)  

Es interesante reflexionar sobre lo que plantea Matus, en relación a que hay bancos llenos de dinero, organizaciones capaces de financiar muchos planes, pero hacen falta “bancos de ideas”

 ¿Qué plan estratégico y situacional va a tener un gobernante si no puede seleccionar los problemas y explicarlos? ¿Y qué problemas elegirá, si no abre el diálogo con la ciudadanía que es quien mejor los conoce, si no puede verlos desde dentro? ¿Cuál es el escenario  en que el actor se maneja? ¿Qué estrategia puede planificar si no está en contacto en  la realidad de todos?

“ Si se pretende avanzar sobre cambios estructurales, es preciso que esto se haga con la mayor legitimidad posible, que surge en todos los casos de la ampliación de la base política. ..el respaldo político se renueva y certifica a cada paso sobre la base de la participación de la ciudadanía a través de espacios organizados y desde abajo hacia arriba por más que haya unos pocos en la cumbre de la  pirámide que tengan la posibilidad de adoptar  finalmente las decisiones estratégicas”

Muchas veces los ciudadanos vivimos creyendo que somos libres en muchas de las circunstancias que nos rodean y naturalizamos determinadas cosas, que padecemos, sin tomar conciencia de que son fruto de una falta de planificación estratégica y situacional, por parte de los gobernantes.

“Cosecharás tu siembra” dice una frase popular, y la tomo, porque tiene que ver con la capacidad de decisión sobre nuestro futuro en un tiempo presente, en una realidad determinada “En donde esté situado algo: ese algo es el actor y la acción”- dice Matus. ¿Qué posibilidad de elección, de decisión, tenemos si no tenemos más que una posibilidad? Si baja un plan desde arriba hacia abajo, sin tener en cuenta la situación, la realidad particular, y que se hace “camino al andar”. Por eso tiene que haber capacidad de corrección, de modificación del plan, si no llegara a ser viable, o si por el camino surgieran otros problemas.

Es necesario reflexionar sobre lo que plantea Matus acerca de que “la planificación se inserta dentro de las conquistas de libertad más grandes que puede perseguir el hombre”, para poder, primero distinguir qué tipo de planificación hacen nuestros gobernantes (si es normativa o estratégica situacional) y ver qué hacemos con eso. Pero, también, por qué no? Para poder aplicar el concepto de planificación estratégica situacional, en nuestros emprendimientos vitales.
 
 
 

 

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