Aprender "de grandes"
APRENDER “DE GRANDES”
Por Lic. María de las Mercedes Guidobono
En la actualidad, quizás no sorprenda tanto como hubiese sorprendido décadas atrás, ver sentados en las aulas de escuelas, , centros culturales, etc. a adultos de mediana y tercera edad: “aprendiendo”. La edad hoy tampoco es un problema para encarar nuevos proyectos como pueden serlo los laborales. Gente con ganas y motivación de “ir por más”. La idea de que: “nada quede pendiente”, más allá de lo económico (que puede ser un puntapié inicial) de que nunca es tarde para aprender: una carrera, un instrumento musical, un trabajo nuevo.
Frente
a estos nuevos desafíos en la sociedad, los psicopedagogos encuentran un
espacio de trabajo, para que el cual están habilitados legalmente, y formados
idóneamente para responder a las demandas que surgen en torno al aprendizaje
del adulto (que tiene características específicas).
El
psicopedagogo inmerso en el contexto en que le toque intervenir con el adulto
en situación de aprendizaje (ya sea educacional, comunitario y/o laboral) se
abrirá a su propio proceso de aprendizaje en esa situación puntual. Es
importante mencionar, que más allá que el profesional cuente con su propio
bagaje epistemológico y experiencia previas, el trabajo siempre implicará: “lo
novedoso”, lo “impredecible”, el “resto” que surge de manera indefectible en el
terreno del encuentro con Otros. Es por eso que el psicopedagogo tiene en su
“bolso de recursos” el de la “creatividad”, que tendrá que usar cuando haga
falta.
En
cierto sentido, podemos escuchar voces en la sociedad que son representativas
de un sector de ella, que cree que el aprendizaje real sólo es posible durante
la niñez y la adolescencia. Entonces, parte del trabajo psicopedagógico, es
poder atravesar y superar ese mito, que más tiene de mandato social que otra
cosa.
Podemos
preguntar a un psicopedagogo si realmente aprender “de grandes” como se dice
vulgarmente es factible, y él, sin dudar, nos dirá que por supuesto que el
adulto puede aprender. Es más, nos hará reflexionar acerca de lo que es
“aprendizaje” y que en la habitualidad de lo cotidiano, el adulto, se lo pasa
“aprendiendo” Pero como esto más a menudo sucede los ámbitos no formales,
quizás por ello, pase desapercibido.
La
psicopedagogía nos enseña que el adulto tiene características específicas para
aprender y que se deben tener en cuenta a la hora de evaluar los logros y
obstáculos en el aprendizaje, sin caer en pensar que si existiera una falta en
el mismo sólo tuviera que ver con el rango etario al que pertenece el sujeto.
Las
cuestiones a considerar en el aprendizaje en el adulto, por un psicopedagogo
son: el factor emocional (que tiene que ver con la motivación y el interés que
mueve, organiza esa situación de aprendizaje); los beneficios (económicos); el
ambiente (¿Es favorable?, ¿Hay malestar?); aportes (pragmatismo); significado
(actualización de nuevos aprendizajes); conocimientos tecnológicos; experiencia
previa (valoración); metacognición (reflexión: ser /hacer) y la creatividad a
la hora de pensar, con todo esto que mencionamos, nuevas estrategias y
habilidades para lograr un aprendizaje integral, de calidad, en el adulto.
En
lo educacional, comunitario y laboral, siempre hay algo nuevo qué aprender:
roles, tipos de trabajos, metodologías, estrategias, etc. Este aprendizaje es
continuo, pues los cambios en una sociedad productiva como en la que estamos,
lo son. Por lo tanto sucede muchísimas veces que los adultos se encuentran con
muchas trabas, obstáculos, para incorporar “lo nuevo” a la par de otras edades
más jóvenes. Pero, como hemos visto en este artículo, no se trata de cuestiones
que tengan que ver con una incapacidad por la edad, sino muchas veces por el
simple hecho de no contar con un profesional ideóneo como lo es un
psicopedagogo dentro de ese ámbito.
Aprender
“de grandes” es a mi humilde entender, cosa: “de grandes” en el sentido
valorativo, del que libre de mandatos sociales, se juega por su deseo (que
quizás había quedado como algo frustrado en otra edad) o que le surge en su
presente. Y asimismo la función del psicopedagogo es muy valiosa en ese horizonte,
pues plantearse, elaborar teorías, investigar en acción, lo que significa el
aprendizaje en el adulto, hace que su ayuda cobre importancia no sólo “técnica”,
sino algo fundamental en esa empresa, que es el “apoyo psíquico”.
Comentarios