"¿La maquinaria humana, es una máquina perfecta?" Por Lic. María Guidobono


Ensayo: “¿La maquinaria humana, es una máquina perfecta?” 
Por Lic. María de las Mercedes Guidobono
Cuando pensamos en el cuerpo humano y todos sus órganos, sistemas complejos que se entrelazan entre sí, que dependen el uno del otro, aún teniendo su propia independencia, que hace un trabajo individual y en equipo, pensamos: ¿Es acaso perfecta la organización de nuestro cuerpo?
Pero, la propuesta de este ensayo es hablar de “máquina” como sinónimo o tal vez como metáfora de toda la complejidad que encierra el ser humano.
Vamos a ir por partes: ¿qué significa máquina? 
“Objeto fabricado y compuesto por un conjunto de piezas ajustadas entre sí que se usa para facilitar o realizar un trabajo determinado, generalmente transformando una forma de energía en movimiento o trabajo”.

Vemos que la definición tiene que ver con la idea de “piezas” que se ajustan entre sí, es decir que hacen un trabajo conjunto, piezas que se necesitan la una a la otra, y que producen un movimiento diferente. También esta definición habla de energía. Es decir, que parecería una clara metáfora de lo que es el cuerpo.
Hablamos de “metáfora” porque el cuerpo no es un “objeto”, sino que está habitado por un sujeto, que es quien le da la energía, el impulso, el sentido de vida a ese organismo.
Siguiendo en la definición de cuerpo: “El cuerpo humano es la estructura física y material del ser humano. El Cuerpo humano se compone de cabeza, tronco y extremidades; los brazos son extremidades superiores y las piernas, las inferiores” (Morales, M. https://sistemashumanosmaquinasperfectas.blogspot.com/ )
La teoría del cuerpo como “máquina”, nace Entre los siglos XVI Y XVII, una época en la que se produjo: “la primera revolución científica”.
La ciencia moderna de por aquel entonces, y de la mano de Descartes, se centra en la imagen de “máquina” en lo que es la estructura del cuerpo humano.
Más allá de todas las teorías en pugna de la época (visión aristotélica vs la ciencia moderna y todos sus postulados) lo que queremos rescatar de esta época es la noción que nos convoca en este ensayo y es la idea de “máquina” relacionada con la noción de “cuerpo humano” para luego reflexionar acerca de su perfección o no.
Qué interesante que desde pleno Siglo XXI, podamos seguir leyendo, e interpretando a pensadores, filósofos, científicos de los Siglos XVI y XVII. Siempre se puede seguir aprendiendo y construyendo sentires a lo largo de la historia.
Vayamos ahora a tratar de entender cómo era ese pensamiento moderno cartesiano sobre la idea de cuerpo como máquina y qué sentido tiene esa teoría.
“En ese sentido la posición de Descartes sobre la mente y el cuerpo supone una contribución valiosa para consolidar la modernidad en dos de sus aspectos fundamentales: la nueva ciencia y la consideración del hombre como generador de fines que den sentido a ese desarrollo” (Begón, J. El cuerpo como máquina: la aportación del dualismo cartesiano al desarrollo de la ciencia moderna. p.1)

Aparece la idea de hombre como libre generador de sentidos, de una ciencia que no tiene un sentido per se, sino, que el sentido, la direccionalidad de estas nuevas teorías y desarrollos científicos vienen de la mano de un hombre que busca avanzar y mejorar su calidad de vida.
“El cuerpo encaja dentro de los paradigmas mecánicos como expresa el Discurso del método: Todo cuerpo es una máquina y las máquinas fabricadas por el artesano divino son las que están mejor hechas, sin que, por eso, dejen de ser máquinas. Si sólo se considera el cuerpo no hay ninguna diferencia de principio entre las máquinas fabricadas por los hombres y los cuerpos vivos engendrados por Dios. La única diferencia es entre perfeccionamiento y de complejidad”. (Aguilar, M. Descartes y el cuerpo-máquina, Universidad de Castilla, La Mancha, p.1)
Son interesantes las ideas que Aguilar retoma de Descartes, porque para nuestro ensayo vamos a tomar las ideas que aparecen ya no sólo de cuerpo humano como “máquina”, sino que también al tema que nos convoca habla de la perfección de esa máquina humana, pero introduce una idea trascendental: la idea de Dios como creador de esa máquina que concluye perfecta. 
Hasta ahora habíamos pensado en la idea de maquinaria del cuerpo humano como perfecta o no pero no habíamos aportado a este trabajo la idea de un “creador”, “autor”, “director” de esa máquina, más que imaginarnos tal vez un engendrador de un engendrador sucesivamente, como lo puede ser un ser humano de otro ser humano. 
En ese punto Descartes habla de la perfección de la maquinaria del ser humano, porque fue creada por Dios.
“Y por otra parte, encontramos esta definición en las Meditaciones: Me consideré en primer término como poseyendo un rostro, manos, brazos y toda esa máquina compuesta de huesos y carne tal como se ve en un cadáver, a la que le di el nombre de cuerpo”. (Aguilar, M. Descartes y el cuerpo-máquina, Universidad de Castilla, La Mancha, p.2)

Conclusiones
Cuando analizamos lo que es en sí el cuerpo humano, cómo se forma, cómo está compuesto, cómo son sus funciones, la organización tan compleja que tiene…Consideramos que realmente pareciera una “maquinaria perfecta”.
“El cuerpo humano está organizado en diferentes niveles jerarquizados. Así, está compuesto de aparatos; éstos los integran sistemas, que a su vez están compuestos por órganos conformados por tejidos, que están formados por células compuestas por moléculas. El cuerpo humano posee más de cincuenta billones de células. Éstas se agrupan en tejidos, los cuales se organizan en órganos, y éstos en ocho aparatos o sistemas: locomotor (muscular y óseo), respiratorio, digestivo, excretor, circulatorio, endocrino, nervioso y reproductor”. (Morales, M. https://sistemashumanosmaquinasperfectas.blogspot.com/ )

Tuvimos en cuenta el surgimiento del concepto de cuerpo como “máquina” en la época para poder concluir que ese concepto es vigente a pesar del paso de los siglos.
Producto de la lectura del blog de Morales, (indicado como bibliografía) nos ha emocionado considerar cada sistema, cada división por jerarquías, cada organización de los cuales está compuesto el cuerpo humano.
Más allá de lo “científico”, nos permitimos soñar acerca de la “autoría” de semejante máquina perfecta, (como lo es el cuerpo humano) y no dejamos de preguntarnos acerca de la afirmación cartesiana sobre que esa autoría no puede ser otra que la de Dios. Pero, no pretendemos hacer de ello ninguna afirmación porque comprendemos que la Fe es un acto absolutamente libre y personal.   



Bibliografía
Aguilar, M. Descartes y el cuerpo-máquina, Universidad de Castilla, La Mancha, p.2
Begón, J. El cuerpo como máquina: la aportación del dualismo cartesiano al desarrollo de la ciencia moderna.p.1

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